Enfermedad del tétanos

El bacilo de Nicolaïer generalmente se fija en las heridas cutáneas, y son las toxinas generadas por este bacilo las que intoxican el sistema nervioso, provocando los síntomas característicos de la Enfermedad del Tétanos.

Estas toxinas provocan una contractura muscular persistente y dolorosa. Generalmente se inicia en los músculos maseteros, lo que se suele conocer con el nombre de "trismo", para luego extenderse por la nuca, el tronco y luego los miembros.

Existe un compromiso vital importante. En un principio, porque la contractura de los musculos masticadores y el dolor en los músculos de la deglución comprometen de manera importante la alimentación oral. Posteriormente, la afectación de los músculos respiratorios y los de la laringe puede provocar la muerte por si misma.

La principal manera de luchar contra esta enfermedad es la vacunación preventiva.

Si la enfermedad se desarrolla, es probable que el paciente acabe necesitando la asistencia de un respirador mediante intubación.

Fisioterapia en la enfermedad del tétanos

Mientras el paciente está intubado, la fisioterapia será la general en los pacientes encamados e intubados: limpieza bronquial, evitar las complicaciones circulatorias, prevenir las escaras, fisioterapia postural adecuada, prevenir las rigideces...

Cuando el paciente puede colaborar en la fisioterapia respiratoria y es capaz de toser eficazmente, se puede valorar la retirada del respirador.

Tras este periodo, se continuará con la fisioterapia respiratoria, y se añadirán técnicas para relajar la musculatura y reducir las contracturas, como masaje o cinesiterapia pasiva. Posteriormente se iniciará la tonificación muscular mediante cinesiterapia activa asistida o activa libre, reiniciando la carga y la marcha progresivamente.

Se finalizará la fisioterapia con la reeducación funcional y la readaptación al esfuerzo.

Suelen quedar secuelas, que habrá que tratar de manera analítica.