Síndrome de Parkinson
• Concepto
• Manifestaciones clínicas del Parkinson
• Fisioterapia en el Parkinson
• Concepto
• Manifestaciones clínicas del Parkinson
• Fisioterapia en el Parkinson
El Síndrome de Parkinson es un hipertónico (aumento del tono muscular) e hipocinético (disminuye el movimiento voluntario), y es debido fundamentalmente a lesiones estructurales del sistema extrapiramidal, a nivel del globus pálido y la sustancia negra. Se produce una degeneración de las fibras nigroestriadas.
Fisiológicamente se produce por lesión del sistema dopaminérgico, con disminución de la producción de dopamina. Por este mismo motivo, aumenta la acción de la acetilcolina.
Hay dos grandes grupos:
• Síndrome de Parkinson idiopático o de causa desconocida: sólo en este caso se habla de Enfermedad de Parkinson. Es más frecuente en hombres, y suele aparecer entre los 50 y los 70 años (sobre todo entre los 55 y 60). Se supone un sustrato genético, sobre el que actuarían factores ambientales tóxicos.
• Síndrome de Parkinson secundario: es decir, que conocemos el orígen de la enfermedad. En este caso, se dice que el paciente padece un Parkinsonismo.
Hipertonía: hay un aumento del tono muscular. Las fibras nigroestriadas inhiben el arco reflejo miotático, por lo que al lesionarse predominan los estímulos tensores y se produce hipertonía. Este tipo de hipertonía se denomina rigidez, y se caracteriza por:
Hipocinesia: poco movimiento como consecuencia de la rigidez. Les cuesta realizar los movimientos voluntarios, sobre todo iniciarlos. Generalmente son movimientos lentos, incompletos. Los movimientos automáticos y asociados no se producen o son deficientes.
Como consecuencia de éstas dos anteriores, se producen otras manifestaciones clínicas muy típicas
Temblor: muy característico, aunque no se da en todos los casos. Afecta sobre todo a la mano, y tiene tres características:
Otras: hipersecreción sudoral y sebácea (cara brillante), importantes trastornos emotivos (cambios muy amplios de estado de ánimo, tendencia a la depresión). Sólo un 10% acaba presentando demencia.
Pese a que el tratamiento es fundamentalmente médico (anticolinérgicos y dopaminérgicos) la fisioterapia es fundamental. Sobre todo en aquellos pacientes en los que predominen la rigidez y las contracturas en flexión.
Se realizarán movilizaciones pasivas y fisioterapia activa, que debe llevar implícita la incitación al paciente a que se mueva.
El paciente no debe dejar de trabajar, ni debe recibir paternalismos. Debe mantener sus tareas cotidianas.